viernes, 28 de junio de 2013

DIARIO DE UN DURILLO...y su compañero.


Mis primeras semanas en el colegio Gandhi.

Ya estoy en el colegio Gandhi con mi compañero. En el colegio hay muchos niños, niñas y profesores. Me llevaron a la clase de 3º donde había veintiún niños y una profesora que se llamaba Josefina (todos los niños la llamaban así).

Los niños eran muy diferentes a mí. Me rodeaban, me miraban con ojos como platos y preguntaban quién era yo. Teníamos miedo y estábamos un poco nerviosos. La profesora les dijo que éramos durillos y que tenían que cuidarnos muy bien.

Nos pusieron en un cubo verde con tierra y nos regaban casi todos los días para que nos alimentáramos y creciéramos. Cuando teníamos calor, nos dejaban en la ventana y nos daba el aire, ¡qué fresquito! A veces el viento nos tumbaba y se nos caía la tierra, pero en seguida nos levantaban y nos ponían más tierra para cubrir nuestras raíces.

Al amanecer noté unos bichos en mis hojas. ¡Me estaban comiendo! Eran pulgones. Nos echaron una loción para que se fueran.

Los viernes, Josefina nos cogía y nos bajaba a la entrada del colegio para que nos diera la luz, porque las señoras de la limpieza cerraban las persianas de la clase y se quedaba a oscuras todo el fin de semana.

Pasaron dos semanas. Un día, nos metieron con mucho cuidado en el cubo verde y nos bajaron al patio, a un pequeño huerto con tres espantapájaros. Cavaron dos agujeros profundos, nos metieron en ellos y nos regaron. Más tarde, como a las 4:00 p.m., vinieron a vernos los niños y niñas de 3º y dos de ellos, Ángela y Álvaro, nos pusieron un cartel a cada uno con nuestro nombre: “durillos”. Y así es como llegamos a la tierra del cole, mejor dicho, al huerto de un fantástico cole: “El colegio Gandhi”. Allí teníamos de todo. ¡Estábamos muy cómodos! Me ha dicho un pajarito que los de 3º os han contado nuestra historia. Como ya sabéis, tenemos solo dos añitos. ¡Cuidadnos bien!

Firmado: los alumnos y alumnos de 3º de EP del CEIP Gandhi.

Como son muy jóvenes, todavía no tienen flores, pero en Madrid podrás encontrar muchos familiares suyos, adornados con bonitos ramilletes de flores blancas. Aquí tienes algunas fotos para que te sea más fácil reconocerlos.




 

DIARIO DE UN DURILLO... continuación

JUNTO AL HUERTO...
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Nuestra nueva casa está en una de las puertas del cole, así que pasamos el día muy entretenido viendo pasar a la gente del barrio, aunque es especialmente divertido entre las once y las once y media de la mañana. A esa hora, ¡salen todos los niños  al patio! Disfrutamos muchos viéndolos jugar felices.  Además, todos los días aprendemos algo nuevo, porque los niños hacen las tareas en unas mesas que están al lado. ¡Cuánto saben estos niños y cuánto estamos aprendiendo!

Por las mañanas da gusto despertar, ya que las palomas, mirlos y otras aves nos deleitan con hermosas melodías.

Nada más plantarnos, estábamos rodeados de malas hierbas, y nos quitaban mucha agua y sales minerales, que tanto necesitamos. Creo que nos quieren mucho, porque al poco de llegar, varios niños arrancaron esas plantas y ahora vivimos más desahogados.

En lo poco que llevamos, hemos hecho algunos amigos, como las hormigas, que pasean continuamente por nuestras hojas y tallos. ¡Nos hacen muchas cosquillas! Las mariquitas también nos visitan de vez en cuando, y nos ayudan mucho comiéndose a los pulgones que se atreven a subirse encima de nosotros.

Estamos tan bien, tan bien, que hemos echado brotes nuevos. Puedes saber cuáles son si te fijas un poco. Son de un verde más clarito al de las hojas más veteranas.

Al estar tan felices y tener un ambiente tan agradable, estamos creciendo muy deprisa. En no demasiado tiempo, nos pondremos muy guapos cuando broten nuestras flores, que son pequeñas y blancas, de las cuales saldrán nuestros frutos, que son bolitas de color azul. Pero cuidado no te los comas… ¡que son tóxicos!
Firmado: los alumnos y alumnas de 4º de Educación Primaria del CEIP Gandhi.